La premisa de los románticos es simple; "Cualquier tiempo pasado fue mejor".
En la actualidad futbolística, donde el interés comercial y por lo tanto económico están sobre el deportivo, hay pocos clubes que destacan por la cercanía a sus seguidores, por el sentimiento de pertenencia que generan y por una historia rica, reforzada en valores. Tantas veces se ha repetido este discurso, pero es casi siempre inevitable dejarse llevar por las bondades del fútbol moderno, por más que lo intentemos, en algún momento nos abraza y nos hace parte de él.
El sentimiento de autenticidad que proyectan ciertos clubes debe ser atesorado como algo hermoso, porque son esbozos históricos de lo que en algún momento significó el orgullo de representar en un campo de fútbol a una ciudad, un barrio, una religión, una ideología política o cualquier sentimiento de unión.
Esta historia nos lleva a París y a sus suburbios, el 21 de febrero de 1897 Jules Rimet(creador de la Copa del Mundo), junto a su hermano, Modeste, fundan en un café el Red Star Club Francais, en ese momento acuerdan que el club debería servir para impulsar el deporte rey entre las clases populares de una París elitista, algo completamente inconcebible en esa época, contrario a lo que se pudiera creer, el nombre del club no hace referencia a ideas comunistas. El nombre del club lo sugiere la que fuera niñera de los hermanos Rimet, en recuerdo al transporte marítimo que le llevaba a su natal Inglaterra, el Red Star Line.
Desde su fundación, hasta 1909, Red Star jugaba sus partidos en el centro de París, siendo rechazado y menospreciado por la élite parisina (principalmente por su nombre, su escudo y valores) es forzado a trasladarse a Saint-Ouen; uno de los barrios con más proporción de inmigrantes, un suburbio históricamente reconocido como un fuerte bastión del comunismo, no solamente de Francia, sino de toda Europa, se convertía en la casa de Red Star. Quizá no podría haber sido de otra forma, Red Star fue la pieza en el rompecabezas que faltaba para que la periferia de París se sintiera representada, predicando los valores con los que se fundó el club, los mismos habitantes de Saint-Ouen hicieron suyo al equipo, lo adoptaron
como símbolo de igualdad, integración, tolerancia y diversidad.
Con el paso de los años,los éxitos del Red Star crecieron; vencedor de cinco Copas de Francia (1921, 1922, 1923, 1928 y 1942) el club se posicionaba como un gran animador del Campeonato Francés, lamentablemente, su ascenso meteórico se vio truncado por la Segunda Guerra Mundial. Este suceso histórico marca profundamente al club, ya que 2 personajes con ideas de libertad quedan en la memoria histórica; son Jean-Claude Bauer, un médico comunista asesinado por ser resistente a la Francia de Vichy en la calle que hoy lleva su nombre y donde se encuentra el Stade Bauer lugar donde Red Star celebra sus juegos de local. El otro personaje es considerado el mejor jugador del club (aún y no esté comprobado que jugara algún partido oficial con Red Star), Rino della Negra, un joven que según las crónicas de la época, corría 100 metros en poco menos de once segundos y su habilidad con el balón era inmensa, proyectado para ser una estrella del balompie, es capturado por la Gestapo debido a que anónimamente, era miembro activo de la Resistencia Francesa específicamente en el grupo armado liderado por el poeta Missak Manouchian. Al ser capturado, se le da la oportunidad de escribir 2 cartas; la primera, dirigida a sus padres, la segunda, con una petición para su hermano: «Besa a todos aquellos a quienes conocía bien. Ve al Argenteuillaise y abrázalos a todos, desde el más joven hasta el más viejo. Y envía una salutación y un adiós a todo el Red Star». Hoy, Rino es el máximo ídolo de la institución y desde la tribuna que lleva su nombre, los incansables seguidores apoyan al club y predican los mensajes de solidaridad, unión y antifascismo con los que comulgan.
En la actualidad, Red Star juega en la tercera división del fútbol francés, eclipsado por el poderío económico del PSG, un club creado para la élite, con aficionados fabricados, con nula historia deportiva, donde lo único que une a sus seguidores son los triunfos. Red Star es de esos clubes donde se prefiere jugar en tercera división en su estadio a jugar en segunda lejos de él, es un club donde las ideas de unión e igualdad son más importantes que los éxitos deportivos del equipo, es un club que se siente orgulloso de sus orígenes y de lo que es actualmente, saben que el fútbol es uno de los mayores fenómenos sociales y conscientes de eso, lo usan para tratar de mejorar su entorno para el sector más vulnerable de las periferias de París, la verdadera París. Queda claro que los objetivos de Red Star distan mucho del éxito deportivo, da la impresión que el fútbol, como deporte, es lo menos importante.
Sus aficionados no tienen como ídolos a Neymar o Thiago Silva, sus ídolos son Rino Della Negra, Jean-Claude Bauer y todas esas personas que alguna vez lucharon por la libertad y los derechos de los más vulnerables. "El dinero puede comprar títulos, pero no valores ni historia, el único club de París, no está en París, está en la periferia, en Saint-Ouen" exclaman los aficionados del club, los mismos que saben que su corazón, es su fuerza.
Por: Erik Urbina
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