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8 cuentos esenciales de Julio Cortázar

Actualizado: 30 may 2020



¿Qué es la realidad sin el mito? ¿Qué es el mito sin la ficción? ¿Qué es la ficción sin la realidad? El hombre es un animal logomítico en cuyo interior conviven, o deberían convivir equilibradamente el logos y el mythos.

Mediante el logos, el hombre logra la aproximación científica y racional con su realidad, esa naturaleza que le rodea y hasta cierto punto le moldea y es moldeada por él mismo; a través del mythos, el hombre da vuelo a lo narrativo de su experiencia, y en palabras simples, da cuenta de ella mediante el cuento.

Innumerables escritores han dado forma a esta historia narrativa del devenir humano y desde diversos estilos y fondos han consolidado al cuento como género irremplazable de la narratividad humana.

En nuestra lengua, el desfile de autores y obras es igualmente extenso y abarca años, estilos, movimientos y posturas. Para simplificar la exposición baste con nombrar uno de los movimientos más reconocidos, debatidos y estudiados de las últimas décadas: el llamado Realismo mágico. Para simplificar aún más, baste nombrar a uno de sus más grandes y reconocidos exponentes: Julio Cortázar.

Narrador con una imaginación inagotable, Cortázar dejó un legado cultural y literariamente extenso, destacando, sin embargo, de su obra aquella parte narrativa que cultivó entre el cuento, algunos brevísimos relatos y la novela.

Es en su obra, como en su vida, donde queda en evidencia la posibilidad de la extrema pugna entre lo real y lo irreal, lo lógico y lo mítico: sin duda Cortázar demostró que es posible pasar de un estado estable de realidad cotidiana a uno de extática fantasía desbordada.

No hay como acercarse a ese mundo de lo fantástico, no del todo desconectado pero sí allende la realidad, donde la irrupción de lo ilógico y lo mítico está permitida.

Cortázar es el artífice. A continuación, siete de sus cuentos esenciales.


La salud de los enfermos (1966)

Nada como creerse una mentira hasta convertirla en verdad. Alejandro murió hace casi un año y no se lo podían decir a mamá. Para ocultarlo, la familia acordó mentir.

Para mamá, enferma, con la presión alta y una preocupación del demonio, Alejandro, su hijito, está en Brasil gracias a una irrechazable oferta de trabajo. Él, muerto, le sigue enviando cartas, que no son sino de hecho otra parte de la misma gran mentira en que deben sumir a mamá para mantenerla en paz.

La salud de los enfermos es uno de los cuentos más trabajados de Julio Cortázar. La sincronía de historias involucradas y los argumentos necesarios para su desarrollo hilan los acontecimientos con una gran claridad, y la descripción y el desenvolvimiento de los personajes complementan el trabajo de una obra narrativa de innegable madurez.



El Perseguidor (1959)

No es gratuito que tras su publicación en Las armas secretas, El Perseguidor haya sido publicado como un libro en ediciones especiales.

Se trata sin duda de uno de los cuentos más importantes del escritor argentino pues engloba y expresa su gusto por el jazz a través de una relación ficticia inspirada evidentemente en la realidad: es la historia de Bruno, periodista y crítico de jazz que mantiene una amistad con Johnny Carter, saxofonista, figura del jazz y adicto a la marihuana.

El personaje de Carter está inspirado en Charlie Parker, Bird, distinguidísimo saxofonista estadounidense de jazz, que a lo largo de la historia es descrito como un hombre sumamente complejo, cuya visión del tiempo, el mundo, la realidad y la música, contrasta con las visiones ordinarias de los estados comunes de conciencia.

El cuento se desarrolla en París, y una de las referencias a la realidad está en Amorous, mencionada en el cuento como una canción compuesta por Johnny, que correspondería a Lover Man, obra de Parker que data de 1951.



No se culpe a nadie (1956)

De lo simple a lo complejo, a lo impensable e irreal: lo cotidiano de ponerse un pullover puede convertirse en un martirio, más cuando algunas partes del cuerpo se rebelan contra el gobierno de uno mismo.

Publicado en Final del juego, No se culpe a nadie es la breve descripción de la espera y la desesperación: en un lado del cuento, una mujer espera al hombre que en su apartamento no logra la paz entre su voluntad y su pullover, la banalidad de vestirse sometiendo a su arbitrio el movimiento de sus brazos.

La primera frase del cuento explica de hecho hacia dónde irán las cosas: “El frío complica siempre las cosas”.




Axolotl (1956)

La descripción minuciosa, anatómica y casi romántica que de los Axolotl hace Cortázar, mediante la voz de ese personaje que día tras día visita el Jardín des Plantes, hace de Axolotl un cuento que roza la ternura y la ingenuidad.

Encantado por sus ojos, ese personaje parisino que imprime las minucias de su piel contra los cristales de las peceras del jardín, donde los Axolotl a su vez lo miran sin inmutarse, va descubriendo poco a poco el otro lado de la realidad, esa que está más allá de sus ojos.

“Sus ojos, sobre todo me obsesionaban. Al lado de ellos en los restantes acuarios, diversos peces me mostraban la simple estupidez de sus hermosos ojos semejantes a los nuestros. Los ojos de los Axolotl me decían de la presencia de una vida diferente, de otra manera de mirar”. La visión de los conversos.




Continuidad de los parques (1956)

La brevedad de las grandes historias tiene como ejemplos a cuentos como éste. Continuidad de los parques es la ubicuidad de lo narrativo, una historia que es contada, leída y de la que sin saberlo se es parte. El final de la historia es lo mismo que el comienzo, y nuevamente en ese mundo, lo ficticio de la ficción se mezcla con lo real de la realidad borrando toda frontera: “…el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela”.




La noche boca arriba (1956)

Por casi obvias referencias culturales e históricas, el cuento se desarrolla en México. El dato lo confirmó Cortázar en 1975 durante una visita a este país.

La superposición de planos de realidad y temporalidad entre los sucesos que le ocurren a un mismo personaje, nuevamente se convierte en el hilo conductor de la historia.

Un motociclista se accidenta y tras el shock asiste con plena conciencia a todos los procesos médicos a que es sometido, incluyendo su cirugía y la posterior recuperación. Mientras duerme, una pesadilla lo atormenta: sueña que huye, en otro tiempo, de los cazadores aztecas en una guerra florida. Lo capturan y su fin es inminente. Al intentar despertar, para escapar de la pesadilla, descubre la verdadera realidad.

Cuando la realidad es de hecho un sueño, y el sueño no es sino una pesadilla.



Las babas del diablo (1959)

Capturar con la luz perfecta un instante en apariencia banal pero profundamente significativo es un mérito. Michel, fotógrafo, quien en Las babas del diablo cuenta su historia desde la primera y la segunda persona descubrió sin embargo, algo más: tras tomar la foto del chico y la mujer en la punta de la isla, ampliarla e instalarla en una de las paredes de su pieza, justo frente a su máquina de escribir, fue testigo de lo que hubiera pasado si su presencia –junto a su cámara- no hubiera trastocado aquella danza misteriosa entre la rubia y el adolescente en la que él no era sino un espectador más.

Este cuento sirvió como inspiración a Michelangelo Antonioni para su película Blow-Up, de 1966.



Casa tomada (1946 y 1951)

Especial por emblemático, en fondo y forma. Acaso uno de sus cuentos más estudiados y recordados, si no el que más.

La historia de un “simple y silencioso matrimonio de hermanos”, habitantes de una casa espaciosa y antigua cuyos recuerdos familiares, profundamente arraigados en la memoria más allá de la genealogía, son apenas los únicos acompañantes del narrador e Irene, su hermana.

Del cuento, Cortázar confesó: “Es el resultado de una pesadilla. Yo soñé ese cuento, sólo que no estaban los hermanos, había una sola persona que era yo, y me desplazaba, algo que no se podía identificar me desplazaba poco a poco a lo largo de unas habitaciones de una casa hasta echarme a la calle. Es decir que había esa sensación que tienes en las pesadillas en que es el espanto total sin que nada se defina; es simplemente el miedo en estado puro”.

La lectura del cuento que sugiere como interpretación que se trata de una referencia alegórica a la situación política que en Argentina se vivía tras la llegada del peronismo, no fue desechada por Cortázar: “…esa interpretación de que quizá yo estaba traduciendo mi reacción como argentino frente a lo que sucedía en la política, no se puede excluir porque es perfectamente posible que yo haya tenido esa sensación que en la pesadilla se tradujo de una manera fantástica, de una manera simbólica. Entonces, a mí me parece válido como posible explicación. No es la mía.”





Por: Saúl Hernández

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